Aprendizajes que llevo

Juro a veces llorar de alegría. He preferido últimamente eso. Aunque sean los diversos dolores los que me lleven a las lágrimas, llevo tiempo de sentir el agridulce nudo en la garganta conforme expelo sentires de bendición por el ahora sumados con angustias propias de una mente en el recuerdo.

Familias completas se mueven frente a mí. Las veo pasear, juntas en sus buses, botes, lanchas, los parques de estadíos en los que pasan su evolución. Luego veo a mi madre, sentada en un sillón, por allá. La sala de la casa en donde viví mi infancia alberga las esencias de quienes han sido abusivxs en ella; y eso circula. Yo lo muevo hasta que sane, no sin reconocer el brete de mi hermano primero. El de sus hijxs, niñes adoptades en mi alma como la respuesta de aquelles seres del hospicio que nunca llegaron a esa misma sala de mi casa en la cual tanto les sueño.

Yo sueño con orfanatos que no sean eso. Sueño con hogares de personas sobrevivientes que reciben amor.

Vamos a retomar La Semilla, mi esposa y yo. Es asumir la creación de nuestrxs propixs núcleos familiares desde lugares conscientes. La vimos precioso en Perú, a como la vimos hyper dura. Iba a decir peluda, en realidad; luego recordé que tener pelos no se fomenta como burla.

Bolivia fue un viaje fuerte. De cabo a rabo movido desde Copacabana hasta Santa Cruz pasando por La Paz y Uyuni. Cumplía sueños, yo, de conocer finalmente Cochabamba. Hasta que me di cuenta que Bolivia no me gusta. Que la verdad es que no la pasé bien ahí y que tomé, finalmente, la decisión correcta de regresarme. Antes de tiempo, finalmente. No a, sino antes. Me cuesta tantísimo la reversa! Era como un golpe al ego, hasta que llegó la necesidad en el amor. De comprometerse, y sanar. Trabajar las diferencias, persistir en la convivencia, y correr tras quien se ama. Bajo la lluvia en palabras que ojalá no fueran insultos, salen las energías creativas de moldearnos nuestra historia. De decir: "no, suave un toque. Con amor es esto. Démosle desde ahí." Una y otra vez. Repetírselo y tratarlo en la práctica, aunque se sienta que el piso cae y no queremos quedarnos tanto tiempo fuera de base. Aunque sintamos que roguemos, cuando en realidad somos quienes debemos la disculpa más grande del caso. Porque en crecer nos equivocamos. Ciertamente.

Es aprender a que prevalezca la unión armoniosa en el amor, y confiar que esa será la mejor guía. Yo no sé cómo hacerlo diferente, aunque mi conducta parezca egoísta, desviada, incierta. Porque es todo eso, sin querer serlo. Y entonces hay que moldearlo. Y en esto la brújula de la paciencia ante el respeto ajeno (¡¡sobretodo el propio!!) hace del respirar un perfecto accesorio. Es una herramienta de vida esto de sentarse a tomar bocanadas, más cuando se siente que la vida se cae ante la palabra "divorcio." Hasta cierto punto hay tendencias a pensar y sentir que eso es de esconder, cuando en realidad pienso que deberíamos hablar de esto más en las escuelas. Amaría haber recibido clases de amor cuando estaba creciendo.

Amar es todo un arte. No requiere nada más que la intención, y detrás viene una fila de enorme crecimiento. Abundancia, por una parte; dureza por otra. A vivir, aprendo. Y no se me hace fácil el proceso, como ojalá no pretendamos nunca que la vida es fácil para nadie. Bien nos ha demostrado que somos parte de una misma esencia. Todxs estamos aquí para aprender. ¿Por qué y para qué?, se preguntará, acaso, ¿no? Eso usted lo descifra. Es como las arepas venezolanas que vendían en la calle de Kultur Berlín en Sucre: en las arepas, como en la vida, todo depende de aquello que usted le ponga. No decía eso, pero ciertamente reflexioné sobre su mejor slogan, porque yo me peleo con los rótulos de los restaurantes y en cualquiera de las múltiples paredes que veo a diario. Citas sobre la vida hay mucha; no todas son de realidades absolutamente congruentes, me parece. Frecuentemente sólo sonaron bien en el instante de su creación, sin mucha contemplación, encuentro.

En todo caso, como las arepas, la vida la creamos quienes la vivimos. Es decir, sus áreas por trabajar las serán en tanto usted las posea; las alimente con sus acciones y pensamientos. Y las condiciones que poseemos son siempre las perfectas para seguirnos movilizando.

Cerca o lejos de nuestras parejas, potenciales amores, amigues, familiares, compañeres del trabajo, etcétera... Si cada momento existe una sospecha, podremos escuchar mejor el aprendizaje que se esconde tras el silencio de cada vivencia que se manifiesta. 

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