Antes de partir de nuevo - Notas antes de salir al sur...

El otro día bajaba tarde de casa hacia algún lado cuando vi a un muchacho tremendamente flaco empujando una van por media calle. No duré mucho en dejar la moto mal parqueada al lado de la carretera y salir corriendo, con el casco puesto, a empujar a su lado. 

Adentro, varixs niñxs ampliamente llenxs de vida gritaban y se carcajeaban ante la sorpresa de lo que estaban viviendo. 

No sólo empujábamos a una señora un tanto mayor, quien manejaba la microbus, sino que también impulsábamos al menos unos 12 a 20 niñes que gritaban en múltiples euforias tras las camisas blancas de sus uniformes de escuela. 

“Soy clown,” me repito; une clown que empuja niñes en un casco, aunque fuera. A pesar del calor y la ridiculez que implica ni siquiera tomar un segundo para quitarme ese chunche, también recordé que dejarme el casco puesto casi siempre implica que me lean en masculino. 

No me gusta para nada las inclinaciones en "o" para referirse a nada de lo que hago, pero el machismo es insuperable en las calles costarricenses, pareciera. 2 hombres más se aparecen, y entre 4 dejamos correr bajo una cuesta lo que sería el fin de unos 5 a 7 minutos de mi vida. 

Recuerdo pensar que, si eso era lo que significaba ser masculinizade, si eso era lo que significaba infiltrarse desde la femineidad y neutralidad preferible para sacar adelante algo, por ese momento estaba bien serlo. Y abracé la ironía de las múltiples contradicciones que se escondían tras un acto solidario desinteresado. 

Yo comprendo cómo hay gente a la cual las Es y Xs les molestan. Puedo racionalizar cómo eso es posible. También siento que eso se basa en que a nivel profundo no les toca lo que no les atraviesa. ¿No es eso cierto de la mayoría de causas por las cuales nos desbocamos unes mientras a otres no les despierta ni una mínima curiosidad?

Para mí no hay de otra, pareciera; por lo cual veo la problematización de lo que creemos en términos de género inclusive en el personaje que construye mi compita pa’ la escena. 

Lo cuir aparece en mi arte, porque pareciera que todo es parte de desvelarse en las tablas.

Apenas voy por la 2da dirección profesional de muchas, y ya me veo ahí, vibrando en escena lo que me rompe por dentro; lo que me destaza, libera, tira de nuevo a la calle... 

Así como empujé una van con 3 maes a mi lado y sentires profundos por dentro, así dejo que salga lo que deba, porque esto de comprenderse ya es lo suficientemente problemático como para estarse desviando de humanidades y solidaridades por cuestiones de las lecturas que hacen de una cuerpa con la cual me materialicé en este mundo. 

El otro día salí a correr. Me fui sin rumbo tras las puertas de la casa que habito para encontrarme a mí misme, unos cuantos minutos después, ante los portones del Hospicio de Huérfanos de San José. Me sentía como una niña que busca ver volar un papalote que hace mucho se quedó pegado en una rama, pasado por lluvia, hecho mierda... y ella sigue viendo el juguete resplandecer a lo lejos, en el viento, en sus vuelos imaginarios...

“¿Qué habrá pasado con Oscar William?”, me oí preguntarle a la señora. 
“¡¡¿¿Osquitar??!! ¡¡Ah!! ¡A Osquitar me lo adoptaron!” 

Hay una felicidad aunada a una profunda desolación que compone el sentimiento tras esas noticias que no he sentido en muchas otras ocasiones de la vida. "¿Qué hago aquí?", me pregunto. "¡De nuevo!," me paso criticando. 

Las subidas a ese lugar se vuelven más frecuentes conforme pasa el tiempo. Encontrar un edificio sin niñes porque fueron maltratados más de lo que la vida misma les había golpeado antes de llegar ahí me rompe el alma de una forma inenarrable. Por otro lado me da las fuerzas para creer en los proyectos que me convocan. 

En los últimos meses que he estado en Costa Rica, una semana menos de los 3, he percibido cómo la vida me traga. 

Echar raíces un ratito en el lugar que siempre supe llamar casa implica reajustarse de múltiples maneras; más de las que me gustaría aceptar, a veces. Espanto fantasmas aquí, en ocasiones; otras paso esperando familiares y amistades que nunca vendrán. Siento, al contrario, cómo se han alejado y continuamente lo hacen. Cómo, con el tiempo, pasamos más separadxs unes de les otres...

Hay cosas, personas, sentires, ritmos, gente... hay materia que lleva sus propios tiempos. Eso no necesariamente son los míos, aprendo. Como cuando me tengo que ir, marcar un pasaporte, decir adiós un rato... como cuando busco salir, porque ¡ya aquí ha sido demasiado el crecimiento durante todo este tiempo! Y a la vez es todo lo que le cabe al calendario gregoriano que seguimos...

Curioso, presiento; porque eso de viajar (sola, especialmente) es irse bien adentro. Es irse a los rincones de lo que ignoramos cuando transitamos calles cuyos perros nos conocemos, cuyos jardines vemos en una cotidianidad sin mucho cambio, cuyas gentes nos saludan, aunque nunca antes nos hayan conocido. 

Es divertido, me parece, cómo llego a Costa Rica a escribir como nunca antes lo había hecho profesionalmente y dejo la escritura privada muy a lo interno de mis diversas notas. Es peculiar, me parece, lo mucho que me adentro en algunes de ustedes cuando vengo, y lo lejos que están entre más cercanes se conectan. Es vacilón, podría decirse, lo mucho que se desperdician las materializaciones físicas cercanas posibles, y la cantidad tan enorme de sentires que despierta una lejanía aventurera. 

¡Vamos, Perú! Vamos a ver por qué me llamás. Sobre todo vos, Bolivia..¿qué es esa sangre que derramás..? ¿De dónde viene el resonar constante, la esperanza inflada y la certidumbre concreta? A veces nuestros rumbos pueden sonar estúpidos, alocados, impensados o fugaces... 

A veces es lo que hay. Y eso está bien respetarlo. 

Comments

Popular posts from this blog

Entrevista a Jorge Alfaro de Yale University sobre COVID-19

¿No leyó la noticia que hackearon?

Costa Rica no es la que yo pensaba - Escrito incompleto

An Image of My Mother

3r aniversario de nuestra primera boda

Day 3 - Tornado Cleanup

Un vistazo al ayahuasca - 4 segundos

Cuando muere la vida como la conocía

Alguien tiene que hacerlo

Bretear en comunidad