El nomadismo digital - algunas lecciones

Dicen que un buen blog (aunque alego que eso es cierto de toda posible lectura) es aquél que deja algo informativo a quien lee.

Hoy quería arrancar precisamente con eso, pero más allá de que "aprendan algo nuevo", me impulso a escribir esta nota, porque es un conocimiento que aprendí en algún lado y se quedó conmigo, como lo hacen todos esos datos extraños (que suelen llamar curiosos) una vez que entran por un oído u otro.

Creo que fue una conferencia de algún tipo donde alguien explicaba que, a la hora de contratar (y este blog viene más por el lado profesional/laboral de mi vida que cualquier otro, lamentablemente), deberíamos parar de tratar de encontrar el mejor talento posible dentro de nuestra misma zona geográfica.

Alegaba quien fuera la fuente esta que olvidé hace mucho que el modelo de oficina física restringe los equipos de trabajo, generalmente, a aquellos profesionales o especialistas de cualquier rama que se encuentren en un radio razonable de distancia.

Por ende, argumentaba quien fuera, contratar con base en la mejor oferta disponible en la cercanía no podía jamás ser mejor que contratar con miras al mejor talento posible que esté disponible desde donde sea que lo esté. Claramente dudo que lo dijera con esas palabras, pero eso fue lo que a mí se me quedó.

Entonces, bueno, ahora que ando detrás de estarle cumpliendo necesidades de servicios y trabajos a gente por doquier (atando redes y tratando de unir gente por doquier entre oferta y demanda), estuve buscando traductores de diversos idiomas y, en eso, noto que alguien graduadx en universidades europeas con trasfondo por esos lugares del planeta ahora escribe desde Isla Mauricio. "Mauritius", decía la ubicación. Curioso, ¿verdad?

Me fui a Google a ver exactamente desde dónde estaría traduciendo alguien algo y fue esto lo que encontré:


¿No les parece genial esto? 

Me imagino a la persona con la compu en chancletas en la playa traduciendo antes o después de pedirse un mojito o algo (sé bien que en África del este son muchas otras cosas las que se podrían estar tomando, pero ¿no les parece gracioso como los mojitos han viajado fuera de Caribe hacia casi que cada esquina del planeta?)


Propongo que pongan "Mauritius" en Google, además - las imágenes con derechos de divulgación y autor son mucho más impresionantes que cualquiera que yo podré o querré publicar aquí jamás. 

Por otro lado, ando viendo un poco las diversas tarifas para los mismos servicios que se ofrecen a nivel planetario. No por vinear, ni nada, aunque me resulta altamente curioso. Realmente es un efecto secundario de tener que hacer lo que hago para mi trabajo.

Y ¡bueno! Por allá empiezo a chochar cuando veo lo que cobran las diversas personas de diversas identidades, geopolíticas, realidades financieras, educaciones, y muchos largos etcéteras.

Les ahorro el detalle confidencial de cosas en las que me podría extender y sobre la cual podría puntuar por horas, pero no sin llegar al punto de lo que quiero decir con esto:

Cobre lo que le haga sentir bien.
Haga lo que le haga sentirse bien.
Váyase a dormir en paz.
Haga lo que ama.
Atrévase.

O no; quédese donde está haciendo exactamente lo que hace.
Sea lo que sea que haga en su día a día, sin embargo, por favor disfrútelo.

Yo veo tanates de gente en el día a día que decide un día nada más irse a cumplir el sueño que quizás una vida le promete sin garantía alguna; profesionales y gente con pocos recursos económicos que deciden hacer hoy lo que no quieren dejar como una promesa por cumplir mañana.

También veo gente con planes a largo plazo, con metas y carreras y sus propios tiempos. No se trata de admirar a nadie más que a otres. Se trata de realmente alentar a quienes tienen sueños y deseos (como siempre digo, como el muchacho de Humans of New York cuyo sueño en un descanso de su trabajo era algún día tener una lagartija). Consigan sus lagartijas, por la grandísima. ¡Materialicen sus sueños!

Yo sé y admito que esto viene desde una postura de múltiples privilegios. ¡Claramente! Si nos leemos mutuamente es porque mucho de eso compartimos entre ambes.

Pero también me acepto como persona mestiza o criolla, de una sexualidad y género diverso y con un limitado rango de accesibilidad a los placeres financieros que dejan las más altas clases sociales de este planeta. Es decir, yo también soy centroamericane, artista chancletude de la UCR que busca cincos, de vez en cuando, para agarrar un bus hacia Mata de Plátano. Y eso me hace feliz. A veces me desploma por dentro; pero siempre me alegra de alguna manera u otra. Acepto, por otro lado, desde hace mucho tener el privilegio de desligarme del dinero y trabajar las intenciones de alguna forma u otra cuando la llenura de corazón es la verdadera prioridad para mi existencia.

Así como la mae que escribe desde Mauricio pidiendo su traducción, así todes podemos lanzar a lo que sea y hacer lo que más nos convenga (obvio y claro: con respeto y consideración hacia todo nuestro entorno), pero mi punto (hoy y quizás siempre) es que vale la pena comprometerse con la tranquilidad, paz y sanación propia.

Si todes nos dedicáramos a cada quien, habría menos broncas en el mundo, me parece. No lo digo yo, obvio. Lo repito porque lo dijeron y lo creo. Me parece cierto.

Y bueno, también por favor si andan buscando trabajos, oportunidades, nuevas carreras, etcétera:

Lean lo que se les pide. Por completo. Y traten de hacer caso hasta donde puedan y tenga sentido. A veces las solicitudes de brete o puestos y convocatorias y cosas tienen requisitos precisos que, sin sobrepasar eso, se vuelven inalcanzables para quien está del otro lado de una oferta (y todo esto mientras alguien más está esperando y deseando que se cumpla su oferta o necesidad de la mejor manera posible). Si hay requisitos y les interesa cumplirlos, vale la pena hacer lo que le pide el papel, me parece. Una vez hayan sobrepasado eso, pues hay mucho más que se puede hacer desde amplias líneas de diálogo (como el retirarse, también, si no está fuera de lugar y de la forma y en el momento apropiado para hacerlo)

No voy a entrar en la cosa de abusos, irresponsabilidades, tergiversaciones y todas esas otras carajadas que pertenecen a la manipulación inadecuada de los procesos públicos tanto como privados a la hora de las convocatorias, fondos, solicitudes, etcétera. Primero, por no darle bola a lo que debería ser la excepción a la norma (algo que me niego a aceptar como normalizado, acabado y completo). Y luego porque tampoco siento que maneje tan bien todo como para ponerme a hablar de algo que, honestamente, sólo me enoja. 

Trato de cuidarme la espalda, lo admito, en la mayoría de cosas que hago, pero tampoco soy inmune, reconozco, a encontrarme un día en alguna situación que escojo hoy cuidar en poder obviar desde la franqueza, honestidad y el no saber hacer otra cosa más que aquello en lo que me encuentro.

Es justificar demasiado, me decía alguien, el estar siempre tratando de ver la vista que tiene la persona con pies distintos a los míos. Ciertamente no me ha llevado a decir lo apropiado o correcto, lo más sensato o apropiado en momentos de mucho tumulto emocional o circunstancial, pero ¡bueno! Siempre le tengo la apuesta hecha a la honestidad a manera de resolver conflictos o situaciones. A veces no me ayuda de nada, más que a dormir a sabiendas de que no pude haber hecho otra cosa, sido mejor, haber actuado distinto.

Entre eso y el "perdón" me iría ya por otra cosa. ¡Les dejo para luego!

Siempre un abrazo.

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