Medio empezar a entender lo que me gusta (un poco)

Querido diario:

Hoy jugué con 7 niñes a manera de hacer teatro.

Yo les proponía y prestaba cosas y ellxs aceptaban o negaban lo que quisieran.

Yo les decía "¿quieren hacer esto?", "¿quieren hacer lo otro?" y elles ahí iban inventando su propio precioso camino de transitar la vida en este espacio.

¡Que no hay mejor que eso!, diría Zaray en Vis á Vis con su grito de gitana reluciente. Sus maneras de vivir, crecer y estar en este planeta...las de les niñes... y lxs reclusxs, también, por cierto.

En fin, yo les decía que pintaran lo que quisieran en el mundo y salieron con emojis, bolas de todo tipo de deportes, algunas montañas y unos cuantos animalitos pequeños (un par de ardillitas, por cierto - t t t t ). Bueno, como no salió violencia,  por dicha no tuve que hacer lo mismo que tendría que haber hecho si hubiese estado en el pabellón aquél de orfanato que me roba el alma, el corazón y la memoria en los recuerdos. Aunque llamativo como oportunidad para el ejercicio de la resolución de conflictos, el teatro de reconciliación y algo de arte-terapia, nunca será nada de eso mejor que notar mentes saludables que piensan en cielitos coloridos y colochos de rosado. Gracias y ¡por dicha!, repito; y el corazón en ese momento también. A la vez, no sé si me deprime más notar como que ciertxs niñes parecieran a veces comprender el mundo como una pantalla táctil o si lo es la certeza de que lo ven como un sitio de amenazas constantes.

Entonces jugamos en el espacio.

Les marqué un escenario bien chiquito, el "out of stage" y "on stage." Cómo pasar a hablar de teatro desde "corners here" hasta jóvenes que audicionen para teatro musical muy pronto - no en signo de pregunta...(Es cómo pero como "como" a la vez.) Llega, por contrario, en forma de respuesta a una pregunta que aún ni me había hecho. Sólo la encuentro...ella llega, a su tiempo, a su manera, en el momento correcto... Confiar. Confiar en eso.

Y ¡bueno! Todavía me sorprendía a la mesa cuando hablábamos, porque notaba en mí que le hablaba con mayor alegría y organicidad que a nadie a una niña de 5 que me reta a manera de conectar. Como le hablo a poques amigues en mi vida jamás, la verdad. Y ella a la vez - Una y otra y otra vez - me responde con retos a lo que rezo nunca serán más que perennes cortesías y paciencia las que reciba de mi parte.

Amor, cariño, diálogo, cuido...

Y es que a ella, con tanto privilegio de fondo dentro de sus también atenuantes circunstancias familiares, no le puedo responder igual a lo que lo haría una madre a quien le cuesta dar de comer un poco de arroz con huevo cuando la gallina ha puesto. Las fuerzas de ambas. ¡Los mundos de diferencia entre el convivio de diversos tiempos con les chiques, al final de cuentas!

Y aún es como si fuera ayer que fui con les chiques en Nicaragua a la esquina de la aldea SOS a comprar todo lo que pudiésemos del súper. Y antier cuando estaba en Tichaná entre las mejores almas puras que he conocido en la vida jamás. ¡Jamás!, lo digo dos veces.

De eso. Quiero y agradezco todo esto. Entera la pelota; todo en un solo paquetico.

Hacer teatro con niñes es de las mejores experiencias que me ha dejado esta farsa de amorío que llamamos el quehacer, a veces.