Vistazo breve al inicio de otoño

¡Qué vacilón! Los elefantes, las jirafas, los caballos, el ganado, los venados...todos son herbívoros y nadie se preocupa por la proteína o la dieta que comen. Al contrario, siempre son ejemplos (al menos los elefantes y caballos) de animales con mucha fuerza y magnitud. Pero no...es como si el ser vegetariane o vegane fuese todo un mundo. Y lo es (de salud, críticas, ideologías, dietas...y ¡nada a la vez! Algo tan fácil y sencillo como eso).


Hace un par de días salí a tomar fotos del otoño, porque las hojas están cambiando de colores aquí y es sencillamente algo sumamente hermoso de ver. Les comparto fotos a lo largo de este escrito que realmente no irá sobre nada en particular, como suele ser la cosa.

Me encantaría hablar sobre la huelga. De verdad que sí, pero es complicado posicionarse cuando no se está cerca físicamente de las cosas como para poder opinar. Igual no veo a mucha gente preocupada o indignada de forma alguna, así que imagino que las cosas no estarán TAN mal. ¿Cierto? Una esperaría que si no oigo mucho ni me llegan llamadas de desesperación o algo es porque tan fatal no puede andar la cosa. Imagino, claramente, que me equivoco. (O que lo digo así a propósito, por si no quedara claro desde antes)


Hay mucho que no entiendo, como los reclamos a Alvarado (el Carlos que es tan tóxico como Fabricio, al final de cuentas) cuando se vota el proyecto en Asamblea. Por ejemplo. O no sé...las manifestaciones que no paran y la gente que se pelea (como si no fuera esto cosa que afecta a todo el mundo). Hay mucho que no me cuadra (en el sentido de calzar, porque creo que sobre el gusto al asunto ya serían otros cien pesos). Y por eso lo paso.


Hace poco compartía la selección que me gané para asistir como creadora a un festival de danza-teatro en abril del año próximo aquí en Boston. Me pone contenta eso, porque creo que es el compromiso perfecto para llevar a escena apenas un pedazo de lo que pretenderá ser un resumen de concientización y resistencia sobre lo que llevo haciendo apenas un rato.

 

Estuve dos semanas en un bufete de al menos unos 20 abogados en este par de semanas pasadas. Estuve interpretando y ayudando a como fuera posible.

Es curioso; nací con talento para interpretar, me parece, pero no es sino hasta ahora que lo veo como un oficio inescapable. Lo reconozco ahora como algo práctico; primordialmente por estar en medio de este gobierno. No pretendo engañar (ni a mí ni a nadie). Cuando entré a mi primer trabajo de interpretación a principios de la década pasada (así de roca me he ido haciendo), lo hice con una ilusión enorme por ese sueño que mi tata me iba construyendo. Terminar algún día en la ONU era la cosa. Por ahí venía plantada la idea. Es algo poderoso lo que se siembra de expectativas en una criaturita menor de edad que apenas comienza a moldear lo que quiere de una vida que no se vive tanto en un futuro como se hace en un presente. Y ¡bueno! Por ahí seguí la vida. Yendo y viniendo del oficio éste de la interpretación y traducción a brincos y saltos. Negándola, para ser más franca.


Ahora llego aquí y me doy cuenta que interpretar para las poblaciones que no hablan inglés es una herramienta valiosísima para nivelar un poco la balanza de una multiplicidad de personas que viven cada vez más y más al margen de las medidas drásticas de este Senado y la administración de este gobierno. Entregarme desde mis capacidades se vuelve un buen amarre para sentirme un poco más útil.

Pero eso ha sido también una puerta a muchas historias de dolor, de sufrimiento, de lucha... He visto muchísimas cosas. Y todo se abre como un sinfin de reflexiones en el espacio de ensayos que nutre mi futura pieza de danza-teatro. Por eso, supongo, estoy un poco contenta.

 

De ver la vida como se amarra; ella por sí sola cuando una está ocupada haciendo y ha dejado de estar mirando, suplicando...viendo qué o cómo hace. No puedo explicar muy bien dónde se genera el cambio, ni pretendo generalizarlo de manera alguna.

Sólo sé que las meditaciones de kundalini me han dado una fuerza increíble de revisión muy adentro. Ando diciendo que viajo a Saturno y Neptuno y luego fácil regreso.

 

No cuento nada valioso, porque sé que al final del día todo depende de la vida que cada quién quiera y pueda armarse para sí misme. Comparto, supongo, una experiencia. Y de paso les invito a sentirse en toda confianza de tirarme en la cara cualquier cosa que sientan que estaría bien que yo contemplase.

No sobre esto. No sobre la vida. No sobre nada en específico. Sino en general. O de todo, en realidad. Algo así como "oportunidades de crecimiento". La vida ha estado muy tranquila y fluída, últimamente. Siento la necesidad de pedir que la meneen un poco si alguien quiere tirar algo a la mezcla de cosas. O, si no, al menos, a mí en la cara.

Un abrazo.

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