Lo que aprendí con estas elecciones

Qué dicha que ganó Carlitos. De verdad. Por favor dése un momento para realmente caer en cuenta que el gane es ciertamente eso, una dicha.

Hay ciertas cosas que me enseñaron estas elecciones. En este escrito pretendo hacer un breve repaso:

1. Hace falta más que comprar votos en centros religiosos para ganar unas elecciones en Costa Rica. Creo que ésa es una lección sumamente importante.

2. Ya ni Liberación puede comprar gente. Es relevante saber que la tradición del bipartidismo está bastante lejos. Aunque fue bonito ver a Piza regresar a un intento un tanto más decoroso.

3. Sumado al anterior, sin embargo, es valioso recordar que no podemos quedarnos muy lejos de la década de los 40s en Costa Rica. Si perdemos el recuerdo de lo que ha ayudado a fundar mucho sobre lo cual se asienta el respeto ciego en Tiquicia, estaremos aún más cerca de una segunda ronda tan espeluznante como esta.

4. La violencia es real en Costa Rica. La homofobia quedó demostrada más que nunca en múltiples cuerpos con ojos morados y sangre en estos tiempos. Estar en el 2018 no significa que hemos salido de muchísimo oscurantismo religioso. Eso no se nos puede olvidar nunca.

5. La religión rompe amistades. ¿Qué tipo de religión estamos practicando? O bueno, ¿qué tipo de amistades estamos manejando? No fueron una o dos personas que nos sorprendieron de múltiples formas últimamente. ¿Qué vamos a hacer con eso? El odio no arregla y la separación no ayuda. ¿Cómo vamos a hacer el cambio?

6. ¡¡¡LIMÓN!!! Limón....¿¿¿qué está pasando??? Una provincia con un porcentaje de votos por RN tan alto cuando vive una innumerable cantidad de necesidades físicas y políticas, ¿qué es lo que está esperando? ¿A quién le rezan y con cuál esperanza? ¿Qué se hace para parar de dejar a Limón ahí esperando?

7. Esta cuestión de la ideología de género necesita aclararse. No en círculos ni redes feministas, literarias o universitarias, siquiera. Este tema necesita llegar más a fondo tras las puertas de la iglesia y las escuelas a las personas que creyeron que ese término realmente era razón suficiente para salirse de la Corte, votar por Fabricio y botar sus propios derechos por la borda. Este diálogo no se ganó, me parece. Y la aclaración necesita ser más popularmente asequible y valiosa.

8. Estar en el exterior la pone a una en una situación mucha más ruda que la problemática de solvencia económica que muches olvidan cuando reclaman no agarrar el primer vuelo para aparecerse ante una urna. Al respecto, la lección también me pasa por el valor a un derecho que nunca he no ejercido, pero que aprecio ahora mil más cuando no me cuesta 400 mil colones la equis. Comprendo el abstencionismo aún menos por esa misma razón. ¿En qué se está fallando o en qué se basa quien ni sale cuando hay un fraude de candidato con un peligro inminente?

9. El papel del TSE, a pesar de la eficiencia con el escrutinio de votos, no para de calarme como una espinita en el cuerpo. ¿Cuáles son los mecanismos que  inhabilitaron al TSE este 2018?

Y ya. Me falta pronunciación sobre aborto, economía, recursos naturales, zonas rurales vrs centralismo, derechos animales, estado laico...la vergüenza del no arte de debatir de Fabricio, etc. Pero la verdad es que ya quiero dormir. Dormir, finalmente.